miércoles, 8 de junio de 2011

Fútbol y violencia: historia de los hooligans

Colaborador: Aarón Rojus

La violencia en el fútbol inglés tiene tantos años como el mismo deporte, que comenzó a practicarse en la Edad Media, cuando el fútbol era un juego entre pueblos rivales, sin cantidades específicas de jugadores o tiempo. Ya a finales del siglo XIX y con la profesionalización del fútbol, es cuando se registran las primeras peleas entre rivales de otros equipos, formadas por un público generalmente obrero y masculino. Estos grupos estaban situados por lo general en las zonas de barrios obreros de las grandes ciudades. Y ya por aquel entonces unos derbies salvajes, como el del norte de Londres entre el Arsenal y el Tottenham, que a mediados de los años veinte y treinta terminaban en verdaderas batallas campales. Estos ataques no eran indiscriminados, sino que los violentos buscaban peleas con otros ultras: así, los más audaces podían subir puestos en su jerarquía, ganando carisma y fama por sus victorias contra los hinchas rivales.

El auge de la violencia futbolística llegó con el estallido económico después de la Segunda Guerra Mundial. El hecho de tener salarios más altos, un trabajo estable y transporte público barato hizo que cualquier joven obrero viajase por todo el país en busca de apoyar a su equipo.

Alrededor de los años sesenta los medios de comunicación se obcecaron con la violencia de las tribus urbanas de los hooligans y llegaron a tratarlos como un problema social. Con los setenta vino la construcción de los estadios, las vallas y el aumento de la vigilancia policial. Pero la tradición de la violencia en el fútbol estaba muy arraigada entre muchos aficionados, y no es fácil cambiar con la represión la opinión de la gente sobre el hooliganismo. Al dificultar la libertad de la violencia dentro de los estadios, los hinchas se fijaron en hacer la visita de sus rivales más incómoda con canciones amenazadoras y emboscadas fuera de los campos para cazar al adversario.


Con el aumento de las fuertes medidas de opresión tanto dentro como fuera de los estadios, la sección dura de los hooligans se volvió más violenta todavía con la época de oro de las firmas. Así la violencia en masa fue sustituida por la de bandas pequeñas. Por lo general, los enfrentamientos eran más sangrientos, pues favorecían las navajas y el uso de otras armas blancas; a veces aparecían tarjetas de visita encima de las víctimas anunciando la autoría del ataque, como si ello fuese necesario. El grupo más notorio era el Inter-City Firm del equipo londinense West Ham, cuyos miembros preferían viajar en vagones de primera clase para evitar los Football Specials, trenes baratos que transportaban a los hinchas a los partidos acompañados de policía.

Finalmente, nació la Premier League en 1992, proyecto ideado para frenar la violencia, cambiar la imagen y sanear la base social del fútbol, diluyendo la presencia de un público eminentemente obrero y masculino, para atraer a los estadios a familias y gente de un estrato social superior. Desde los inicios del fútbol, este deporte ha ido ligado de unos compañeros que manchaban su nombre, los hooligans. Estas personas buscan pelea con hinchas de otros equipos con la escusa de luchar por su equipo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario